viernes, 26 de agosto de 2011

9.2 Hacía el sur, Moab y Arches.




21 de Agosto. Moab y Parque Nacional de Arches, Utah.

377 km es lo que hay hasta mi destino de hoy. De camino el cielo se va encapotando u en lontananza se vislumbran negras columnas de agua, parecidas a tornados, pero que aparecen amenazadoras. Finalmente llega la lluvia pero no con tanta virulencia como cabría esperar.

Justito llegaré al atardecer para aprovechar la mejor luz en el pequeño Parque Nacional de Arches, (sólo 309 km cuadrados) el más al este de los célebres parques de Utah, bastante cerca de la frontera con el estado de Colorado. Su nombre se debe a los más de los dos mil arcos naturales de piedra formados en un largo proceso de millones de años por inestabilidad de la sal evaporado del antiguo oceano y sobre los que se han sedimentado particulas formando rocas sobre ellos.

Para que un arco sea considerado como tal, la distancia entre sus dos pilares debe ser al menos de un metro.

Estas tierras yermas y rocosas del sur de Utah eran feudo de los indios Ute y paiute, pero los primeros hombres blancos en llegar fueron los misioneros españoles en 1775, provenientes de las misiones de Nuevo Mexico pero duraron poco allí por considerar aquellas tierras improductivas. Los mormones se las quedaron hacia 1880.

Las nubes empezaron a levantarse y la luz empezó a tornarse espectacular sobre las rocas, tiñiendolas de un color naranja y rojo dificil de explicar y que mi cámara apenas puede captar....hay que estar aquí. Sólo llego hasta el Balanced Rock, una gracieta de la naturaleza dificil de explicar, pero que ahí está desde hace miles de años y tardará otros tantos en desplomarse.

Mañana seguiremos. Me retiro a la cercana Moab, ciudad sin más atractivo que el ser base para la visita de los Parques cercanos y que se extiende a lo largo de la carretera, con multitud de moteles, tiendas, gasolineras y resaturantes.

Mi alojamiento es el Lazylizard hostel justo al final del pueblo. Son unas cabañas en plan cutre y hippie. El señor que me atendió en la “recepción” era un otoñal barbudo que parecía salido de Woodstock'68. Todo parecía manga con hombro, más tenia pinta de comuna que de otra cosa. El colega que me atendió más tarde parecía que se habia fumado todo el monte bajo de Utah.

La idea era como en Teton: compartir cabina con otros tipos , pero al final, por la razón que sea, pude dormir solito y en libertad en una pequeña cabaña con doble litera con lo mínimo pero limpio. Y con las duchas y WC a tiro de piedra muy limpias también (sigo aprendiendo diferentes modos y formas de mandos de ducha, como para escribir un libro).

Las cabañas tienen un porche donde puedo trabajar en este blog muy a gusto con el ruido de los grillos de fondo y el cielo estrellado..en fin, para que pedir más. Por si fuera poco el “guaifai” va a toda pastilla.

A mi lado tengo la cabaña de la recepción desde donde se puede vislumbrar a través de los visillos gente despatarrada viendo la tele con sus gorras y sus bermudas...más bien parecen aquellas familias montañesas endogámicas al estilo de la familia Spuckler de Los Simpson.

Por 22 € por noche, no se puede pedir más.


Distancia recorrida jornada 8: 425 Km.

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