9.1 Salt Lake City. El chiringuito de los mormones

21 de Agosto. Salt Lake City, Utah.

¡Menuda tienen montada nuestros amigos! Resulta complicado explicar en pocas palabras lo que aquí se cuece (ya lo haré con más detalle en el libro que realice más adelante).

En 1847 ,los mormones que venian siendo perseguidos por sus ideas sectarias, colonizaron los territorios cercanos al Gran Lago Salado y fundaron Salt Lake City. Pero estas tierras pertenecian a los mejicanos por lo que tuvieron que formar milicias )(el batallón mormón) para defender lo suyo. Luego se aliaron con el ejército de los USA para derrotar a los mejicanos, por lo que fueron recompensados nombrando a su líder de entonces Brigham Young , gobernador del territorio ( aunque tuvieron que renunciar a la poligamia, que se llevaba a cabo por mandato divino, que morro)....y así se han hecho con un poder casi omnimodo que dura hasta nuestros días y con buena salud.

Visitando el Temple Square (O la manzana del templo) se puede explicar uno muchas cosas. Aparte de sus edificios religiosos, como el gran templo (1893), cuenta con dos centros de visitantes, un enorme edificio de oficinas, un centro de congresos, librerias e incluso un banco propio entre otros edificios, que se ubican en un espacio de 40.000 metros cuadrados. Todo muy cuidado hasta al más minimo detalle, con parterres de flores en abundancia, fuentes, estatuas, creando un ambiente de paz y tranquilidad que pueda añadir más adeptos a esta extraña rama del cristianismo. Para ayudar a ello, se pasean alrededor del Templo (al cual no se puede acceder) multitud de chicas jóvenes caminando por parejas , vestidas de manera “recatada”, podriamos decir ( faldas largas y blusas sin escote alguno) y luciendo en su pecho una identificación junto con la bandera de su páis de origen. Las había de todas partes: americanas, rusas, paquistaníes, chilenas, ucranianas, finlandesas......Yo no me arredré y me hice el encontradizo (al contrario de lo que hago en España, es decir ,salir huyendo) y me quedé con una americana y una maorí neozelandesa (¡no doy crédito!).

Más que nada por tener mi clase de conversación diaria gratis, pues conozco bien a los mormones, he tenido un compañero de esta creencia en el instituto, el cual me volví a encontrar a los años. Conozco su iglesia y algunas de sus costumbres. También traté con ellos varias veces en La Coruña, quizás por soledad que por otra cosa e incluso tengo un “un libro de mormón” en casa.

No me parecen peligrosos a simple vista y siempre te tratan con respeto, delicadeza y no tratan de arrastrarte de manera brusca aunque siempre te llevan a su terreno como es lógico, como es el caso de estas dos mozas. Lo que haya detrás de esto ya es otra historia. Al final pienso que lo que hacen es buscar adeptos para conservar su enorme poder político en Utah ( y en menor medida en otros estados como Idaho). El 40 % de la población de la ciudad es mormona así como el 70 % de Utah, ultaconservadores , muy estrictos en los placeres mundanos y votan siempre a los republicanos.

Una pena que haya tantos adeptos por el mundo y no se den cuenta de esto....cuanta alma perdida hay por el mundo aunque crean que han encontrado el paraiso.

Preferí volver a la vida terrenal y hacer de viajero empedernido que es lo que más me gusta. La ciudad en sí es pequeña ( unos 200.000 habitantes), agradable y facil de recorrer. Tiene edificios de cierto interés y por supuesto su Capitolio, situado en una colina, Capitol Hill, a imagen y semejanza de el de Washington, como capital de estado que es. Hace calor , pero nada extraordiario, unos 32-33ºC, y muy secos. Dado que estamos a 1.300 m de altitud, los inviernos suelen ser de nieve.

Dado que desayuné tarde y mucho , no tenía hambre pero sí sed por lo que me tomé una cervecita (esta vez no me pidieron la documentación) antes de partir rumbo sur hacía los Parques Nacionales de Utah, que se encuentran entre los más renombrados del país. Sólo visitare dos: Arches y Canyonlands.

Ah! Como hoy es domingo, puedo aparcar donde me salga de..... así es que no hay multa que valga. A los mormones sí que no les doy ni agua.