domingo, 14 de agosto de 2011

1. Al fin en SF


Al fin en San Francisco después de más de 18 horas de entre vuelo y escala en NY. Muy cansado pero aún me da para escribir algunas lineas aprovechando los servicios wi-fi de los hoteles como este Regency inn a apenas cinco minutos del aeropuerto.
El viaje ha sido logicamente cansado y apenas sin sobresaltos, excepto que en el control de pasaportes en NY me volvió a pasar la misma que en Miami cuando volvía de Guatemala con Jesús. La Policia debe considerar que tengo cara de sospechoso y me ha hecho pasar un ratito en comisaria, comprobando Dios sabe qué. En esta ocasión han sido más atentos, que hace ocho años en Miami: El Agente Rivas (según reza su placa) me atendió amablemente en castellano y me dijo que debía acompañarle pero que no me preocupara que era un momento (sí sí, eso dicen todos, pensé). Yo le trasladé mi preocupación por mi vuelo de conexión pero me dijo que habia tiempo de sobra y que me atenderia otro policia en castellano. Así fue y no estuve más de 10 minutos, pero en fin, con la mosca detrás de la oreja que estos no se andan con chiquitas. Al fin pude salir con bastante tiempo de sobra para coger mi vuelo a SF , el cual salió con bastante retraso pero finalmente hemos llegado con una horita de demora a las 0:00 hora local.

San Francisco tiene un clima muy fresco y a estas horas me quedé , como se suele decir , pajarito, con mi manga corta veraniega. No más de 13 grados. Como dijo el escritor Mark Twain: "
El invierno más frío de mi vida fue un verano en San Francisco". Aquí disfrutan de un microclima que hace que las temperaturas no sean para nada calurosas.
El taxista ha resultado ser un simpático hombre de rasgos y acento árabe y que además , al igual que sus hermanos al otro lado del oceáno, llevan el negocio en los genes. Se las ha arreglado para recogerme mañana al hotel para llevarme de nuevo al aeropuerto a buscar el que será mi montura durante 18 días.
La simpatía del taxista contrasta con la frialdad y antipatía de la recepcionista, a la que parecía que le molestara que me tuviera que repetir las cosas dos veces pues me hablaba a toda pastilla. Tiene aspecto de hispana de octava generación, es decir , sin contacto con sus raices. Y más tiesa que si le hubieran metido un palo por el trasero. En fin ya estoy aquí y mañana sí que empieza mis andanzas por el oeste de los USA. Veremos si se resuelven muchas de mis dudas con respecto a este país:

Las camareras de los restaurantes de carretera son siempre rubias, con cofía y mascan chicle?

Es cierto que en los moteles siempre hay un delincuente escondido?

Existe la figura del Sheriff del Condado, o es una invención de Hollywood?

Existe realmente el Bigfoot?

Espero que estas y otras muchas dudas sean despejadas estos días.

Me voy a la cama a ver si me recupero del "jet-lag" que aquí son nueve horitas más.


1 comentario:

  1. Hola Jose María, como puedes ver aquí estoy, dispuesta a seguir tus andanzas.
    Por lo que veo no eres la mejor compañía para entrar en USA, tiene que ser "acojonante" que te lleven aparte para verificar si eres un turista normal o Dios sabe qué.
    Me has dejado helada con la temperatura de San Francisco, espero que te hayas llevado alguna rebequita.

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